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Jenna Jameson, la mayor fortuna del porno

Luis noviembre 20, 2023

Se calcula que cada año, más de 3.000 nuevas actrices llegan al mundo del porno profesional. Una cantidad brutal si tenemos en cuenta que, como en cualquier otra industria, no todas esas actrices van a conseguir triunfar en este sector. Y es que es lógico que, en un negocio tan competitivo como el del porno, muchas se queden por el camino. Chicas que lo tienen todo para el éxito, belleza, sensualidad y muchas ganas de pasarlo en grande… pero que acaban desistiendo. El porno no es una industria sencilla precisamente. No se trata solo de tener sexo delante de una cámara, y saber que millones te van a ver en sus casas. Es el ritmo de trabajo, muchas veces agotador. Es la manera en la que debes encarar las escenas, cuando estás con alguien que te gusta y también con alguien que no. La presión de los productores, del propio público…

Hay que estar hecha de otra pasta para convertirse en una verdadera pornstars. De esas miles de chicas que comienzan, solo unas cien pueden hacer carrera definitivamente en la industria. Y tal vez alguna de ellas llegue a ser una actriz porno recordada durante años. Eso sí, una leyenda del porno, una de esas actrices que marcan a toda una generación, que dejan una huella imborrable, eso solo surge una vez cada diez o veinte años. Cada década tiene a su propia referencia en el mundo del porno, una chica capaz de romper las barreras y convertirse en un mito de la cultura popular. Actualmente, Mia Khalifa y Lana Rhoades van por ese camino. Hace unos años fue Sasha Grey, capaz de involucrarse en todo tipo de proyectos comerciales tras pasar por el porno. Y en los 90 y principios de los 2000, la verdadera reina de la industria era Jenna Jameson, una chica que logró construir un imperio desde la posición más humilde. Jameson comenzó haciendo striptease en Las Vegas a principios de los 90, y poco después ya estaba rodando para las mejores productoras del planeta. Pero no se limitó a triunfar en el porno, sino que demostró ser una gran inversora y empresaria, desarrollando numerosos negocios.

Decidida a vivir del sexo

Jenna nació en Las Vegas en 1974, hija de un locutor de radio y de una showgirl. Su madre murió a los dos años y la joven asegura que la echó mucho en falta en su educación. Tras vivir algunos abusos y problemas familiares, Jenna decide marcharse de casa y probar suerte en Las Vegas, donde intenta seguir los pasos de su madre y convertirse en stripper. Falsifica papeles, ya que todavía era menor de edad, y es contratado en algunos clubes, pero reniega de ellos por los horarios poco flexibles. Consiguió, no obstante, buscar un buen lugar donde trabajar, y también comenzó su carrera como modelo. Aunque tenía bastante éxito entre los clientes de los clubes, su abuso de sustancias la llevó a vivir problemas de salud muy graves. Para recuperarse, regresó a California junto a su padre y se desintoxicó. Una vez limpia, en 1993, tomó la decisión más importante de su vida: dedicarse al porno.

Estrella en la industria del porno

Jenna venía de una relación abusiva con un novio que no solo la empujó a buscar trabajo como stripper, sino que también la engañaba y la había introducido en las drogas. Una vez salió de aquel atolladero, Jenna quiso vengarse de él, y no encontró mejor manera de hacerlo que teniendo sexo con otros ante las cámaras. El objetivo era que su ex viese aquellas películas y lamentase todo lo que le había provocado. Jenna comenzó su carrera con solo 19 años y no tarda en llamar la atención en la industria. Su salud mejora, se muda a Los Ángeles para vivir junto a su novia Nikki, también pornstar, y vuelve a trabajar como modelo erótica. En 1995 se produce su despegue definitivo, gracias a varias películas que la encumbran como una de las mujeres más deseadas del planeta.

De la mano de Wicked Pictures consigue llegar a lo más alto del mundo del porno y hacerse con todos los premios posibles. Su fama la pone también en las portadas de las revistas masculinas, y su figura comienza a transcender con cameos en películas como Private Parts, o en videojuegos. Jenna se mantiene como la actriz más deseada durante todo el cambio de milenio, y crea su propia productora, Jenna Club, en 2000. De la mano de esta empresa comienza también a dirigir películas en las que no aparece, pasando paulatinamente a dedicarse más a la dirección que a la interpretación. Mientras tanto, Jenna es invitada a programas de radio y televisión, sigue haciendo cameos en películas comerciales y expande sus dominios como la actriz más popular del planeta.

Sus otros negocios

En 2006, su productora, Club Jenna es comprada nada más y nada menos que por Playboy, lo que le permite disfrutar de una pequeña fortuna que se une a todo lo ganado en el porno. La chica cuenta además con diferentes negocios tanto  propios como con otras personas, donde es socia. Ha lanzado libros, ha publicado podcast, también ha participado en numerosos programas televisivos y ha presentado su propio reality show, un talent que buscaba a la nueva mejor pornstar de América. Ha lanzado también líneas de lencería y juguetes eróticos, llegando a un público muy amplio. Jameson, ya retirada del porno desde 2007, ha conseguido hacer crecer su fortuna de una manera bastante inteligente en los últimos años, gracias a diferentes negocios.

Una actriz con buena mano para las finanzas

Se estima que la fortuna de Jenna Jameson puede sobrepasar los doce millones de dólares, convirtiéndose así  en una de las actrices porno más ricas del mundo. Desde luego, una chica del porno no llega a obtener esa fortuna solo rodando películas. Jenna fue una de las primeras en apostar por algo que hoy es muy común: pasar a producir y dirigir sus propias películas, para obtener más ganancias. Así, de paso, conseguía también un control absoluto sobre todo lo que rodaba, haciéndolo a su manera. La mayor parte de la fortuna de Jameson proviene de Club Jenna, que fue vendido a Playboy por varios millones de dólares, a repartir junto a Justin Godina, su socio y marido en ese momento.

Jameson ha demostrado que es muy buena para las finanzas, manteniendo su estatus y trabajando mucho en su imagen de marca. De esta manera ha logrado trascender el mundo de la pornografía para incursionar en el cine comercial, y de paso, también en otros sectores, más o menos relacionados con el sexo. De ahí que su fortuna, hoy en día, multiplique por mucho la de otras compañeras suyas de la misma generación, que hoy no tienen tanta suerte. Todo el mundo ama a Jenna Jameson, incluso a pesar de su alejamiento progresivo del porno en los últimos años de su carrera. La actriz ha logrado representar a esa industria en constante cambio, que apuesta por lo nuevo y lo original, y que sabe mirar más allá de lo habitual.